Este lunes 11 de enero, Ignacio Socías (23), estudiante de Ingeniería Civil y tutor de Cálculo en el Centro de Apoyo al Rendimiento Académico y Exploración Vocacional (CARA), comienza un nuevo desafío en la Universidad de Drexel de Filadelfia.

Junto a otros  dos estudiantes de la Universidad, resultó ganador del Premio Inglés UC, reconocimiento que se realiza desde el año 2008 a los estudiantes de pregrado que destacan por su  aprendizaje y esfuerzo durante su trayectoria académica.

“Para mí siempre fue un sueño ir al extranjero a estudiar inglés.  Yo pensaba trabajar ahora y hacerlo después porque tampoco estaban  los recursos para costearme una estadía tan larga allá, pero esto me llegó de sorpresa”, cuenta quien también es el Community Manager del CARA.

Emocionado aún con la noticia, reconoce que su esfuerzo fue bien compensado. “Cuando llegué a la Universidad con mis conocimientos básicos quedé en el nivel 2, y desde ahí  hice todos los cursos de corrido hasta el nivel 6, todos los semestres. Incluso asistí a un summer camp de inglés”, revela.

La rutina del estudiante, quien alojará en una International House con estudiantes de otras partes del mundo, consistirá de clases todas las mañanas y salidas a terreno durante las tardes. Semanalmente también realizará visitas culturales y durante los fines de semana podrá conocer Washington DC y Nueva York.  “Mi idea es hablar con la primera persona que se me cruce encima para poder practicar inglés”, asegura.

Su experiencia en el CARA

Tras enterarse de que había ganado el Premio Inglés 2015, Ignacio Socías se ha encargado de incentivar a sus alumnos de tutoría a reforzar el idioma. “Les recomiendo que, si quieren aprender inglés en la Universidad, se metan al nivel más bajo, porque al final eso tiene su recompensa”, comenta.

Hace tres años empezó a realizar tutorías de Cálculo en el CARA, en un principio a sus pares de Ingeniería Civil y actualmente a alumnos de Ingeniería Comercial y College.  “Lo paso bien haciendo tutorías porque el grupo con el que trabajas desde el principio dura todo el semestre. Además son máximo 6 por curso y uno se va encariñando con ellos. Cuando les va bien, te abrazan y te agradecen”, explica.

Hoy, a un semestre de egresar, analiza cómo ha sido su experiencia en el Centro de Apoyo.  “Me siento súper querido y considerado. Estoy muy agradecido y los voy a echar de menos, incluso más que ir a clases”, concluye.

Texto y fotos: Rodrigo Cantillana